Los ambientólogos se suman al clamor de los arquitectos en la defensa del suelo rústico: la construcción descontrolada es una amenaza para los valores naturales y el territorio

Desde el Colegio Profesional de Licenciados y Doctores en Ciencias Ambientales de las Illes Balears (COAMBIB) queremos expresar nuestro apoyo al posicionamiento del Colegio Oficial de Arquitectos de las Illes Balears en relación a la proliferación de construcciones residenciales en suelo rústico. Compartimos su preocupación por el impacto que esta práctica tiene sobre el modelo territorial, los recursos naturales, la biodiversidad y el paisaje de nuestras islas.

El suelo rústico cumple una función ambiental esencial: es reservorio de biodiversidad, espacio de recarga de acuíferos, área de producción agroecológica y elemento clave en la lucha contra el cambio climático. Permitir o fomentar la construcción de nuevas viviendas en estos espacios, a menudo con una justificación legalmente cuestionable, implica una presión ambiental inasumible y acelera la fragmentación del territorio.

Esta realidad debería ser objeto de análisis riguroso a través de procedimientos de evaluación ambiental estratégica y de impacto ambiental, instrumentos jurídicos que no sólo son obligatorios en muchos casos, sino fundamentales para valorar objetivamente los efectos acumulativos y sinérgicos de este tipo de desarrollo.

Los criterios ambientales deben formar parte central de la planificación territorial y urbanística, y no pueden ser relegados a un segundo plano por intereses puntuales o dinámicas de mercado. Además, cabe recordar que el crecimiento disperso y desordenado en suelo rústico implica un sobrecoste ambiental y económico en infraestructuras, transporte, consumo energético y servicios públicos, que acaban pagando toda la ciudadanía.

Desde el COAMBIB queremos poner en valor la labor de los y las ambientólogas, que contribuyen a garantizar una visión global y transversal en la evaluación de los proyectos urbanísticos, teniendo en cuenta no sólo la normativa, sino también los límites ecológicos del territorio.

Consideramos imprescindible reforzar los mecanismos de control, planificación y evaluación ambiental en todas las escalas, desde los ayuntamientos hasta las instituciones autonómicas. El futuro de nuestro territorio no puede quedar hipotecado por decisiones que no tengan en cuenta los impactos ambientales ni el principio de sostenibilidad.

Por último, instamos a las administraciones públicas a actuar con responsabilidad y valentía, frenando la urbanización encubierta del suelo rústico y garantizando el cumplimiento de la legislación ambiental. Proteger el territorio es proteger a nuestro futuro.

 

Fotografía: Albufera (Mallorca). Fuente: COAMBIB

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